Covid 19 en Alemania; exitosa gestión.

El mundo se encuentra, debido al virus Covid-19, en estado de excepción: confinamientos en las cuatro esquinas del planeta, alerta de crisis económicas en todos los gobiernos de los cinco continentes, ciudadanos desconcertados ante la pérdida de libertad de movimientos y decisión. El virus golpea sin piedad y nos enfrentamos a una nueva realidad que de momento ha llegado sin fecha de retirada.

Alemania por supuesto no ha sido una excepción, el virus ha llegado, ha infectado (163.009) y ha matado (6.623). Pero la gestión de la crisis hasta el momento ha sido manejada con acierto y eficacia. Los alemanes no son menos inmunes al virus, confían en su país y creen en la capacidad de su Gobierno para protegerles, esto les hace vivir esta crisis con más sosiego que Italia, Francia, Inglaterra o España.

Pero es justo decir que, en esta partida contra la enfermedad y la muerte, Alemania ha jugado con ventaja. Cuatro son los factores que han sido decisivos en la buena gestión de esta crisis.

El primero fue la localización de la importación del virus. Lo introdujeron en territorio patrio muchos que disfrutaron de sus vacaciones de carnaval en Italia o en Austria. La mayoría eran jóvenes esquiadores y familias con niños que pasaron un par de días esquiando. Al estar tan concentrada la importación del virus, fue más fácil que en otros países controlarla. Se abrieron en todas las ciudades puestos ambulantes para hacerse los test y todo aquel que tuvo síntomas y creía estar infectado, pudo verificar su contagio. Los test masivos fueron el segundo factor.

Estos primeros casos de infectados no eran población de riesgo, pero ante el gran número de contagios y a sabiendas de la gravedad para con los mayores, se prohibió de inmediato visitas a las residencias para protegerlos. Las cifras hoy hablan de que uno de cada tres muertos corresponde a internos en residencias. Si se comparan estas cifras con Italia o España el número es bastante inferior.

Pero lo que realmente salvo a Alemania de la catástrofe fue el factor suerte. ¡¡¡¡Si, la suerte!!!!

Italia se adelantó dos semanas y mostró imágenes de caravanas de ataúdes desfilando con nocturnidad. Los alemanes entraron en pánico y ellos mismo sin que el Gobierno de la nación lo hubiera impuesto decidieron confinarse. El miedo ha sido otro de los factores que ha jugado una baza muy importante en el éxito y que ha ayudado a la buena gestión de la crisis.

La sociedad pedía el cierre de colegios, las empresas cerraron antes del semiconfinamiento, aquí siempre recomendado y nunca impuesto por el gobierno. En estas dos semanas de ventaja referente a Italia pudieron prevenir lo peor y prepararse. Y el último factor a tener en cuenta ha sido su sistema el sanitario, éste les ha ayudó en gran manera junto con la eficacia de sus profesionales. Ambas circunstancias les salvaron del colapso. Aquí no se han vivido los episodios de desasosiego y estado de emergencia que hemos visto en España. En todo momento ha habido suficiente capacidad en los hospitales, los sanitarios han tenido a su disposición Epis suficientes y eficaces. No ha habido contradicciones en la gestión, ni tensiones políticas.  Por supuesto en la crisis todos los partidos políticos han remado juntos en la misma dirección y con el mismo objetivo: Salvar a la población.

En estos momentos nos encontramos con un relajo del semiconfinamiento, hay ya muchas tiendas abiertas, se ve a más gente por la calle, con uso obligatorio de mascarilla en transporte público y comercio, también en gran parte del territorio nacional han comenzado los colegios con muchas nuevas normas que hacen muy difícil el desarrollo de las clases y las actividades, ante esta nueva realidad.

Se dan pasos en esta nueva fase, pero es difícil, de momento decir si hay repunte de contagiados. Eso lo sabremos en una o dos semanas. Hasta entonces empezamos  a hacernos la ilusión de que recuperamos parte de nuestra antigua vida a distancia y con mascarilla.

 

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